La Magia Del Yo -Yo

Mi relación con este juego empezó cuando una mañana de 1996, mientrás yo estaba en quinto grado a la salida del colegio fueron unos tipos de Bananita Dolca a hacer una demostración con el Yo-Yo y la verdad que quedé maravillado, por mi cuerpo corría esa adrenalina similar a la que sentía después de ver una película Van Dame que tiraba patadas para todos lados. Yo...yo... Yo quería ser como ellos y poder hacer todas esas piruetas para ser un capo y ganar minitas.

Ese mismo día me acuerdo que le rompí las pelotas a mi abuelo - fue la persona que más gustos me dió en la vida- y me compré el yo-yo.
Era jodido, no podía ni hacer el perrito al principio y como muy paciente nunca fui me acuerdo que más de uno lo rompí de calentón.
Sin saber hacer ninguna prueba me anoté en un torneo de Magic Kids en una juguetería de a la vuelta de mi casa y me acuerdo que quedé eliminado en la primera prueba.
El torneo consistía en poner a los participantes en fila, a lo largo de la vereda y el jurado caminaba uno por uno a ver si te salía la prueba. Las pruebas eran :

1º : La dormilona
2º : Paseando el perrito
3º : La vuelta al mundo
4º : Me lo guardo en el bolsillo
5º : El Columpio o la hamaca
6º : La prueba final ( vueltas y vueltas)

Con el paso del tiempo y práctica me fueron saliendo las pruebas pero nunca gane nada, siempre fui un mediopelo de la vida en todo y el yo-yo no iba a ser una excepción.

Un día hubo un accidente... Después de tanto tiempo le quiero pedir disculpas a aquella madre a la que le arrojé este objeto redondo y duro en la cara.

Cuando al yo-yo se le hacían nudos era imposible desatarlos- no sabía que se podían desarmar- entonces agarre un cuchillo y corte la cuerda pero sin querer corte la parte del centro, que al ser de metal quedo llena de esquirlas; esto hizo que las cuerdas que le ponía se corten al poco tiempo. Un día en mi colegio primario hicieron un torneo y los participantes demostraban sus habilidades desde arriba del escenario.
Ahi estaba yo, que por primera vez llegaba a las instancias finales del " vueltas y vueltas " y esto fue lo que pasó :

" Ahi viene panchito, a ver cuantas vueltas hace. Cuenten conmigo - le decía al púlico un padre que organizó el evento -.
Uno.... Dos... Tres.... Oh Por Dios!! ¿ Está bien señora ?

Se me cortó la soga y el yo-yo salió volando desde el escenario a donde estaban los padres mirando, con tanta mala suerte que se lo pegué a una vieja en la cara y encima quedé último con tres vueltas.