10 enero 2010

Mi Peor Enemigo... El boliche (2)

Ahi estaba yo, con mis flamantes 16 años una noche fría de invierno en una esquina de Caballito. Precisamente ese era el escenario donde nos juntamos con "los del Chat".

Por aquellos años era una buena manera de conocer gente ( lease minitas) y más si a los 16 años sos un pichón extremadamente tímido y vas a un colegio industrial. "Era la mecha que me hacía falta para encender aquel petardo llamado amor " *

Al encuentro concurrieron unas veinte personas y la verdad que fue un tanto raro. Ver a personajes que portaban nicks como " Musculoso24" y terminaban siendo panzones de cuarenta no es precisamente lo que uno esperaba ver, ni hablar de las minas aunque debo reconocer que había material.

Había una chica que por aquellos días cumplía con todas mis expectativas y era la que sobresalía del grupo de simples mortales y no me importó tener 16 cuando ella preguntó quien iba a bailar.
Levanté la mano sin dudarlo y casi sin darme cuenta me encontraba yendo con 3 minas y 2 flacos totalmente desconocidos al boliche Amerika - para los que no lo conocen es una suerte de boliche gay, aunque también van los no gays... es confuso-.

En el camino uno de los flacos empezó a chamuyarse a la chica que me gustaba, no solo que el pibte tenía unos años más que yo, sino que no era ningún boludo y en base a chistes y piropos disfrazados estaba logrando su cometido.

Estabamos haciendo la cola cuando una de las minas se percató de mi edad y no se quien tuvo la brillante idea de decir " A los gays no los rebotan "... Yo ya estaba en el baile y tenía que bailar. No podía volverme a mi casa y correr el riesgo de ser rebotado una vez más; entonces ahí fue cuando cometí la locura de aceptar ponerme una bufanda rosa y un par de lentes muy poco masculinos.

Esta vez si había pasado la cola, estaba adentro!! y todo gracias a las gafas y la bufanda. Solo quedaba esperar que los otros dos flacos pasen.... cosa que nunca sucedió. No entendí porque los rebotaron, eran mayores de edad, estaban bien vestidos y tenían facha - cosas que para los señores patovicas son sufientes-.

Una vez más había intentado conocer el mundo de los boliches y una vez más había fracasado, para colmo que me había expuesto al ridículo inutilmente y si tenía pocas chances con aquella muchacha después de vestirme de George Michael estaba más que descartado.

Continuará....

06 enero 2010

Mi peor enemigo.... El boliche (1)

El siguiente relato pretende dar a conocer la heterogeneidad entre mi persona y los boliches a lo largo de mi vida. Es tan simple como eso; no estamos hechos el uno para el otro ni mucho menos y creo que mientras más lejos estemos mejor para los dos.

Alrededor de mis 12 años veía a mis hermanos mayores y sus amigos ir a bailar, escuchaba sus anécdotas de conquistas, borracheras, peleas y moría de ganas por tener esa edad y vivir esas cosas en carne propia.

A diferencia de muchos, nunca fui a la matine. Me parecía una gilada sencillamente después de las cosas que me contaban mis hermanos ir a bailar a plena luz del día y en vez tragos comprar gaseosa o chupetines en una barra. También pensaba que los pasitos malos como el Provocame De Chayanne, de Macarena o incluso los pasos malos como los de El Símbolo eran característicos de la matine... que ingenuo. Con el tiempo llegué a pensar que estas razones eran una excusa para reprimirme ya que por aquellos años era gordito y sabía o intuía que las minas no me iban a dar ni la hora.



En un abrir y cerrar de ojos cumplí 15 años y por primera vez en mi vida fui a un boliche, nos juntamos con los chicos del secundario y no tuvimos mejor idea de ir temprano y ser los primeros de la cola. Peor todavía, yo con mis 15 años y pareciendo de 12 o 13 me puse primero en la fila..

Despues de un largo rato abrieron las puertas y salieron aquellos gorilas con traje y con aires de grandeza, como si fuesen los guardianes del cielo y en ellos recaía la responsabilidad de decidir quienes pisarían el cielo y quienes el infierno ¿ Así que eso eran los famosos patovicas ?

Me hacen el gesto de que avance y cuando voy a pasar por delante del patovica me pregunta la edad, a lo que yo respondo " 18.... " como diciendo ¿ Y que querés que te diga ? ¿ 15 ?
- Creo que hasta me encogí de brazos como haciendome el sorprendido por su pregunta-.

Está de más decir que me rebotaron y nos volvimos con un gusto agridulce, si bien la derrota de no haber podido conocer aquel mundo "mágico" de los boliches era grande también estaba la sensación de haberlo experimentado y de haber estado tan cerca.


Continuará....