Me gusta el recurso utilizado
en películas o mejor todavía en series (entre una temporada y otra) cuando se
da un gran salto, una interrupción en el tiempo y el protragonista aparece en un escenario
anteriormente impensando.
Empieza una nueva temporada, supongamos 5 años
más tarde con cambios realmente significativos que denotan el paso del tiempo y
se genera una doble incertidumbre. Por un lado, como es lógico e inevitable se
plantea el interrogante acerca del futuro y el desarrollo de los acontecimientos
pero por otro lado nos preguntamos que sucedió durante el tiempo que nos
perdimos, durante el tiempo que nos salteamos.
Podríamos hacer una analogía entre mi
presente y este recurso literario/cinematográfico con la salvedad de que el
interés no está puesto ni en lo que sucedió en el “bache temporal” ni tengo una
curiosidad o intriga inquietante acerca del futuro que me depara, algo que sí me
sucedía antes.
Es como si fuese una carrera, solo que ahora
el interés no está puesto en la meta ya que estoy seguro de que voy a llegar.
Me da lo mismo el tiempo que tarde, no me importa quemar naves y llegar
cansado, dolido ni hacer ningún record; el enemigo no es más el reloj. Me
detengo a mirar el paisaje, disfruto de cada paso y por primera vez en mucho tiempo
sonrío y no me quiero sacar ninguna
mochila, siento placer.
Del
último posteo hasta el día de hoy cambiaron muchísimas cosas, en todo sentido.
Internas y externas, materiales e inmateriales. Puedo contar con los dedos de
la mano las posesiones que tenía en aquel momento y mantengo hoy en día, puedo
decirles que estoy escribiendo en otro lugar, con otro aspecto físico y otra
mentalidad.
La definición de esencia dice: “Conjunto
de características permanentes e invariables que determinan a un ser o una cosa
y sin las cuales no sería lo que es.” y creo que en parte es cierto; digo en
parte porque nada es invariable sino que todo es fluido, dinámico, progresivo y
mantengo la esencia.
Hoy me encuentro por
primera vez, creo que desde la niñez con un estado de felicidad plena. Si bien
a lo largo de nuestras vidas somos muy felices y muchas veces estos momentos
tienen un paso fugaz y es para mi en la niñez donde por diversas razones
nuestra felicidad se encumbra… me fui nuevamente por las ramas, se ve que hacía
mucho que no escribía.
En lo personal puedo
decir que esta felicidad se debe a haber conocido a una persona muy especial,
con la que realmente me siento completo, vivo, querido, atraído, comprendido y
mil sensaciones más al mismo tiempo; es una sensación que para describirla voy
a necesitar varias entradas así como también para desarrollar como se dió esta
historia tan particular que no tiene nada que envidiarle a un guión cinematográfico.
Es una decisión
tomada y tampoco podía haberme negado ya que contra el paso del tiempo no se
puede luchar pero realmente estoy ante una encruzijada. Por un lado y por
primera vez me encuentro en un momento de mi vida donde no quisiera cambiar
nada, dejaría todo así, ajustado, aceitados los engranajes de esta máquina que
funciona a la perfección; mientras que por otro lado tengo todo para escribir
una Gran Historia, única e
irrepetible. Soy demasiado conversador y mezquino a la hora de arriesgar pero
esta vez…. Esta vez voy todo!